10 sept 2012

Casa en Don David - memoria











Un proyecto de una casa en el campo que se convirtió en un juego.

El problema era simple, cómo ser arquitecto y una sexta parte del cliente a la vez, cómo definir un proyecto compartiendo las deci-siones e inseguridades de una primera obra. La solución fue un juego: el "arquitecto" se volvió coordinador, los "clientes" en participantes, aprendiendo el paso a paso de una profesión hasta el momento desconocida.

Una serie de preguntas eran enviadas por mail, los participantes luego de un tiempo determinado para pensar, respondían solo al coordinador. Este juntaba las respuestas y las devolvía en una presentación, mostrando parte de lo que cada uno había enviado. Desde "Que es una casa?" o "Que significa el campo para vos?" hasta detalles como la forma de la grifería de la ducha o las posiciones de las ventanas. 

Hubo varias idas y vueltas con preguntas, respuestas, textos, esquemas, colores e imágenes didácticas. Todos sin quererlo ni buscarlo terminaron siendo parte activa del proyecto.

El proceso de la obra no fue muy distinto. Decisiones que se iban tomando a la distancia, el coordinador fue otro participante y se sumaron nuevos integrantes al equipo, arquitectos, hijos, las otras partes del cliente, albañiles, herreros, etc., siguieron sus instrucciones, corrían averiguando costos, dibujando detalles faltantes, definiendo colores, terminaciones, materiales. 

Una casa, un galpón, un refugio o una oveja blanca en medio del campo. Es simple, fue construida como un albañil de la zona sabe trabajar. Ideas y formas claras definidas en el proyecto se fueron adaptando a los costos más bajos y a la forma de construir más simple y conocida.

Grandes espacios, muchas ventanas, una galería con una gran parrilla, cocina, dos baños, un cuarto, sala-comedor, una escalera para subir y un palo de bomberos para bajar, un entrepiso donde poder tirar muchos colchones y una división que armo otro cuarto. 

Todavía no es una obra terminada ni acabada, día a día se van sumando estantes, baranda, cortinas, arboles, divisiones, peque-ños detalles que cada uno de los participantes va incorporando. 

Salir de esta ciudad colapsada sin planificación previa - Me encan-taría ir un martes - Me la imagino como los campamentos que hacemos en el sur: sin tiempo, sin exigencias - Práctica y no esclavizante - El punto de unión donde, ni unos van de visita ni los otros los reciben - Llegar y sacarse los zapatos... Eso es parte de lo que esta obra se convirtió.


Victoria Della Chiesa - arquitecta


 







2 comentarios:

Sabina dijo...

Tuve la oportunidad de pasar un día en esta hermosa casa. Una novia vestida de blanco a la izquierda de una imponente arboleda.
La casa generó encuentro, asado, tortas, risas, amigos, mate amargo, juegos, brindis. Tan bien nos sentimos que llegó la noche y ahí estábamos, repitiendo las porciones de torta.

Unknown dijo...

Gracias por el testimonio, realmente sos una amiga!

Más que una novia, para mi es una oveja blanca.
Creo que cada uno la identifica de acuerdo a vivencias personales... todo vale!